¿El mejor fichaje? Un joven valor semidesconocido

9/15/2009

Recortes de prensa: entrevista a Enzo Scifo, el mejor futbolista belga de la historia (FIFA)

ENTREVISTA A SCIFO por Fifa.com, a fecha 14/09/09

Usted arrancó su carrera profesional a los 17 años en un gran club, el Anderlecht. ¿Cuáles fueron las claves de su precocidad?

En realidad, no hay una edad establecida para empezar. Lo que hace falta es tener ganas. En aquella época, yo ya tenía la voluntad de llegar ahí arriba, ya era bastante maduro para mi edad, y eso me permitió imponerme. Tuve la suerte de jugar desde muy joven en un gran equipo, pero había que ser fuerte mentalmente, lo que no es muy común a esa edad. Afortunadamente, algunas personas, como mi entrenador de entonces, Paul Van Himst, me ayudaron mucho. Luego hay que probar que uno se merece la oportunidad.

Al cabo de cuatro años, usted ya había ganado tres títulos de campeón de Bélgica. ¿Cómo se tomó todo ese éxito en aquellos tiempos?

La verdad es que no le di mayor importancia. Yo tenía la cabeza sobre los hombros y los éxitos no me cambiaron. Nunca lo han hecho. Ésa es mi fuerza. Como me gusta competir, encuentro normal tener ambición y querer ganar trofeos.



Después de su éxito en Bélgica, a los 21 años se marchó al Inter de Milán, pero allí no llegó a cuajar realmente. ¿Cree que se marchó demasiado pronto?

Si pudiera volver a hacerlo, repetiría el mismo recorrido. Arsène Wenger dijo un día que todo jugador debe pasar por un mal momento en su carrera para aprender a situarse frente a las decepciones. A mi juicio, cuanto más joven lo atravieses, mejor; por lo tanto, no tengo nada que lamentar. Y en el Inter, el fracaso fue más colectivo que individual, porque terminamos quintos, es decir, muy por debajo de nuestras expectativas.

Así las cosas, se marchó de Italia a Burdeos, y luego al Auxerre. Más tarde, se mudó al Mónaco, equipo con el que se proclamó campeón. Tres experiencias totalmente distintas. ¿Qué recuerdos guarda?

En Burdeos tuve un problema en la rodilla después de haber comenzado bien. Pero mi lesión no es excusa, mi rendimiento fue inferior al que se me exigía. Además, hubo problemas extradeportivos en el club. Burdeos fue la mayor decepción de mi carrera. En Auxerre, creyeron en mí. En el Burdeos, como en el Inter, yo no jugaba en mi puesto de preferencia, mientras que Guy Roux (su entrenador en el Auxerre) supo aprovechar mis mejores condiciones. Resultado: dos temporadas muy buenas en un equipo de un espíritu extraordinario. En cuanto al Mónaco, la situación fue difícil durante dos años, en los cuales tuvimos que reconstruir el equipo, pero luego, el año del título, teníamos un plantel de locura: Fabien Barthez, Emmanuel Petit, Thierry Henry, Sonny Anderson, para no citar más que unos pocos... Sin embargo, mi cima deportiva la alcancé en el Auxerre. No teníamos un gran equipo, pero todo el mundo nos temía. Jean-Pierre Papin me dijo un día que lo que más miedo le daba era venir a jugar al Abbé-Deschamps.

Entretanto, volvió a probar suerte en Italia, su país de origen, esta vez en el Torino. ¿Fue por revancha?

No me gusta esa palabra, pero debo admitir que se trataba un poco de eso. Tenía ganas de brillar en ese campeonato que me hacía soñar y en el que no había dejado una buena impresión. Fue una buena decisión, porque me encontré con un equipo de grandes competidores, como en el Auxerre.

¿Cómo vivió la vuelta a su país en 1997, primero al Anderlecht y luego al Charleroi?

Al cabo de 14 años en el extranjero y de muchos sacrificios, tenía ganas de regresar al club de mi debut y hacer algunas cosas de provecho. Y funcionó, porque gané un último título de campeón con el Anderlecht. En Charleroi, las ganas seguían estando intactas, pero el asunto no dio frutos. Para ser franco, también tenía otro objetivo. Yo era además accionista del club y mi ambición era hacer crecer al Sporting en la escena europea. No lo logré.

Usted participó con los Diablos Rojos en la formidable epopeya de la Copa Mundial de la FIFA 1986, en la que cayeron en semifinales, y en 1990 fue elegido segundo mejor jugador del torneo. ¿Qué memorias guarda usted de aquella edad de oro de la selección?

Fue realmente una gran aventura, pero todo comenzó mal. Nos clasificamos muy justos en nuestro grupo y el ambiente no era bueno. Entonces, el entrenador puso las cosas en su sitio, mandó a casa a algunos jugadores, y el equipo arrancó. A partir de aquel momento, hubo una compenetración excelente entre nosotros, muchas ganas y, sobre todo, personalidades fuertes que empujaron a la selección hacia arriba. Para triunfar en el fútbol, lo que cuenta es el ánimo. En cuanto a 1990, el año en su conjunto es el de recuerdo más grato para mí. Primero, con el Auxerre, y luego, con el equipo nacional. Aquélla fue la mejor selección que hemos tenido nunca en Bélgica.

¿Qué piensa de la generación actual de Diablos Rojos? Pese a disponer de jugadores prometedores, Bélgica ha fracasado en su intento de clasificarse para la Copa Mundial de la FIFA 2010...

Este equipo tiene talento, pero le falta una cosa: ese ánimo que digo. No obstante, aunque hemos quedado muy lejos de clasificarnos porque ha sido muy difícil, algo ha cambiado con la nueva generación. De aquí a dos años, serán muy competitivos.

En la actualidad es usted entrenador. ¿Tiene referentes en este oficio?

Guy Roux me marcó más que los demás. Gestionaba todo con autoridad, pero al mismo tiempo lograba conectar muy bien con sus jugadores. De los que he conocido, era el único capaz de combinar bien esas dos facetas.

Su carrera como entrenador no ha conocido hasta el momento el mismo éxito que como futbolista. ¿Es frustrante?

Es un oficio muy distinto. Yo me lo paso bomba en este puesto porque lo ejerzo con pasión. En el banquillo, soy como un niño en la edad de los descubrimientos. Ahora abordo mi sexta temporada como entrenador y estoy empezando a sentir que estoy en mi elemento. ¡No me he equivocado!

COMENTARIO PERSONAL:

Siempre fue un placer visionar a la leyenda belga Scifo sobre un campo de fútbol, también leer las respuesta a una entrevista con sabor añejo y mucha sustancia. A lo largo de toda la entrevista podemos observar como Enzo le da especial relevancia para triunfar en el mundo del fútbol al aspecto mental: voluntad, ganas, pasión, competitividad, personalidad, madurez, responsabilidad. Palabras que repite una y otra vez y con las que explica su éxito y trayectoria en el mundo del fútbol. A su vez, características vitales para superar los "baches" y no dejarse seducir por toda la superficialidad y parafernalia que rodea al mundo del fútbol.

Lección a los mas jóvenes y a los no tan prematuros. Reflexiones que se pueden aplicar en cualquier ámbito de la vida.


ENLACES RECOMENDADOS:

Perfil de Scifo (El País, 1986)
Scifo: legend (Planet World Cup)
Selección belga: esperanzados por el futuro (Perlas del fútbol)

Foto: www.sporting.be
Vídeo: Fútbol Arte

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3 Comments:

Blogger Juan Al dijo...

Lo del emjor futbolista belga de la historia lo pondría en duda porque para mí Jean-Marie Pfaff hizo mucha más en el fútbol que Scifo que en el fondo era un mingafría que se venía abajo en los momentos claves.

06:19

 
Blogger hoeman dijo...

@ Juan Al

La verdad es que todas estas afirmaciones son discutibles. De todas formas, los porteros son "casos aparte".

20:49

 
Blogger Salamanca1975 dijo...

maravilosa web

18:05

 

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